MI COMENTARIO A LA NOTICIALas nuevas tecnologías permitieron a grupos de jóvenes musulmanes agruparse para derribar a dictadores que llevaban varias décadas en el poder. Aquel Internet que conocí durante el primer Congreso de Internautas Españoles celebrado en Madrid el año 1995, es hoy una poderosa arma combativa. Ayer permitió a miles de personas expresar sus quejas y sentimientos siguiendo la ruta del sol. Uno no sabe quien mueve en realidad los hilos de tal fenómeno mundial, pero anoche ví cómo en la sevillana plaza de la Encarnación una muchedumbre cantaba la copla andaluza titulada "Ay pena, penita, pena", incluyendo a su letra los nombres de Sarkosy o Merkel. Parece banal la anécdota, pues nada tienen que ver esos líderes europeos con las penas cantadas por Lola Flores. Sin embargo, el canto masivo sonaba acompasado y agradaba al oído. Supongo que en otros lugares del mundo, los indignados habrán hecho lo mismo con sus canciones o folklores más cercanos. Es una estrategia muy inteligente para transmitir sus mensajes de forma próxima, pacífica y simpática.
Aún no podemos calibrar la trascendencia real que tendrá este movimiento juvenil apoyado por personas de diversas edades, pero sin duda algo muy importante esta ocurriendo en el planeta Tierra. Estamos a las puertas del año 2012 que mencionan las profecias mayas. ¿Tendrán alguna relación ambos acontecimientos?. En mi novela "La mágica pelliza de Carlos Marx", publicada 2007, escribí que Sevilla tendría un papel protagonista en cambios relacionados con dichas profecías. Entonces fundamos un grupo llamado "Círculo Sierpes" que bajo la dirección de Emilio Carrillo Benito ha realizado y realiza múltiples actividades, con cientos de personas asistiendo a ellas. La última tuvo lugar anoche en el sevillano Círculo Mercantil. En Andalucía existe ya una red conciencial que no comulga con ruedas de molino impuestas por Instituciones caducas. La componen ciudadanos de diversos credos e ideologías. Quizá todo esto no es casual, sino causal y tenemos la suerte de estar vivos y disponer de Internet para contarlo.
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