Uno de los problemas irresueltos de la sociedad española es la enseñanza. No se ha sabido solucionar y las consecuencias es que aquí se ha mirado más a complacer intereses políticos y religiosos que a los ciudadanos. Las aulas españolas han parido a escolares ajenos a la competividad, y han basado el comportamiento cívico en preceptos religiosos derivados de la religión católica, como consecuencia lo importante no ha sido aprender sino más bien aprobar los exámenes, se supieran o no las asignaturas.
Los orígenes de todo eso se pierden en la noche de los tiempos. La Inquisición cercenó durante siglos cualquier inquietud ciéntifica, anteponiendo los credos y los dogmas a cualquier otra consideración, pero fue a partir del Concordato de 1851, acordado por un gobierno conservador de Isabel II con el Vaticano, cuando comienza el asalto del catolicismo a las conciencias de los españoles, mediante el control de la enseñanza que la Iglesia Católica obtuvo como recompensa por los bienes que perdió con la Desamortización de Mendizabal de 1833, mediante la cual quedaron 300 de los 2000 conventos existentes. La Araña Negra, como la llamó Vicente Blasco Ibañez, luchó durante años para recuperar su patrimonio, pero al no conseguirlo del todo le puso ojo a la enseñanza y las ordenes religiosas entraron a saco en las aulas, mientras el Estado pasaba a segundo plano para ofrecer una enseñanza deficitaría y de mala calidad, que traducía en el desprestigio de los sufridos maestros.
La prueba del fracaso son los continuos planes de educativos que se han implantado en los últimos años, y que ahora un ministro socialista, el Sr. Gabilondo, intenta remediar tal desaguisado proponiendo un pacto a los demás partidos políticos.
Hay tal preocupación por este asunto, que intelectuales como Arturo Pérez Reverte se están revelando y denuncian públicamente este problema , como puede verse en el artículo que en forma de PPS he recibido por correo electrónico y que se puede leer pulsando en la siguiente dirección:
También mi amigo Manuel Filpo Cabana, a quien ya mencioné en la entrada de fecha 18-11-
LA ENSEÑANZA
Me resultará complicado escribir con serenidad sobre una actividad que ocupó toda mi vida, porque si a los años pasados en el colegio les añado los transcurridos en
De los años juveniles recuerdo el valor del trabajo basado en una disciplina espartana; jornada completa, sábados incluidos; sólo los jueves por la tarde quedaban libres. Las semanales calificaciones encabezadas por tres aspectos sociales: conducta, aplicación y aseo, terminaban con las faltas de asistencia, la situación del alumno en el conjunto y la firma del padre. No se descansaba ni en verano: una tarea muy concreta, obligatoria y evaluable servía de pauta para el curso siguiente; los ablativos absolutos, los teoremas de Tales de Mileto o las capitales de las Repúblicas Bálticas distraían el calor veraniego sevillano. Tales hábitos de trabajo contraje que el paso por
Se cuidaban con esmero la lectura, la ortografía y recitación de poesías. Igualmente, muchos de los exámenes eran presenciales para potenciar la expresión oral; junto con las numerosas redacciones, actividades idóneas para la creatividad; la práctica ortográfica; la investigación del tema y el manejo coherente del lenguaje. Pero un mal día, los imperativos legales presas de complejos y eufemismos decidieron modernizarse. Ahora, cuando en ocasiones comento con algún profesor de universidad los niveles de los alumnos coinciden en la bajada progresiva. Alarmados, comentan: «La mayoría de los universitarios, incluso los de ‘letras’, no saben expresarse, los errores ortográficos abruman, los anacolutos te impiden qué quieren decir… Todo su interés reside en aprobar, no experimentan el placer de saber y, sobre todo, en ganar muchos euros reside su objetivo estelar».
Por el año 1970, durante el mandato de Villar Palasí, se publicó
Las autoridades educativas pretendían que el maestro dejase aparcados los tradicionales libros de texto y confeccionase las fichas para cada uno de los más de cuarenta alumnos y de cada asignatura; ni con días de triple duración se podía conseguir. El absurdo comenzó a instalarse y el peligroso experimento, bomba retardada que aún sigue explosionando con el potente detonador de
Conscientes, plenos conocedores de la flemática situación, desde
A estas alturas, desde un espíritu desengañado, tallado a golpes de malos ejemplos, si mis hijos tuviesen posibilidades económicas los animaría para que formasen a los suyos en el extranjero, como príncipes o hijos de ministros, que para el caso da igual. Dejadme que dé escape a mi ingenuidad: o jugamos limpio o rompamos la baraja democrática comenzando por las cartas más delicadas y justas, las de la igualdad de oportunidades. Al final, los más perjudicados son los descendientes de las clases humildes. Don Manuel Chaves, otro ejemplo cercano, aseguró hace poco tiempo, compungido, que declara poco dinero al fisco por lo mucho que se gastó en la enseñanza de sus hijos en centros foráneos; manera muy rocambolesca de dignificar la enseñanza pública, precisamente él, primera cabeza bien visible del socialismo andaluz. Pero los comisarios políticos, artistas de la magia para conseguir votos, urden con premeditación disfraces para dulcificar el fracaso escolar. Tras cualquier encuesta internacional enarbolamos los farolillos de los últimos, estupefactos ante la torpe palabrería política por tapar tan impúdico espectáculo. Ante la ausencia de un proyecto colectivo, fraccionado en taifas el tablero patrio, los viejos maestros agonizan entre depresiones, clamando a un cielo que permanece en una total sordera, lamiendo las heridas recibidas en auténticos ataques protagonizados por padres y madres, más cercanos a las bestias que a los homínidos. Menos mal que los miles de ordenadores solucionarán los déficits y entraremos por las cómodas puertas de la tecnología y la innovación. Veremos cuántos quedan operativos cuando se haga el inventario anual.
No olvidemos el humor y, aunque sea negro, sonriamos ante unos imposibles pactos políticos y con algunas de las respuestas en los exámenes ’logsianos’: «Los reptiles son animales que se disuelven en el agua. Un reptil peligroso de España es el cocodrilo». «En Mallorca está el volcán llamado Teide. El agua del mar se solidifica y sale por el cráter». Y, por último: «Una palabra derivada de luz es bombilla». Pues apaguemos ya y vayámonos en busca de una vela.
Manuel Filpo 10.01.10
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