domingo, 13 de diciembre de 2009

LA EXPOSICIÓN SOBRE LOS PIRATAS, LOS ERRORES DE LA CONQUISTA ESPAÑOLA DE AMÉRICA Y EL MODELO COLONIZADOR ESPAÑOL Y DE OTROS PAÍSES EUROPEOS


He visitado la magnifica exposición titulada Mare clausum, mare liberum. La piratería en la América española, que se muestra en el Archivo de Indias. Viejos documentos, galeones, reproducciones de castillos y fuertes para defenderse de los atacantes, de armas antiguas y sobre todo, mediante los textos de paneles muy ilustrativos, se pueden conocer las vidas y hazañas de los personajes protagonistas de la piratería que sufrió durante siglos la América española.

Aunque piratas franceses acecharon a Colón cuando regresaba de su tercer viaje en 1498, el primer asalto no se produjo hasta 1522.

Los primeros en actuar fueron los franceses, robando los mapas y rutas de navegación cuando atracaron a un barco español y los difundieron por Europa, privando a España de los secretos que contenían. Los ingleses no aparecieron hasta finales del siglo XVI y los amparó la reina Isabel I de Inglaterra. Holandeses y daneses fueron a América en busca de sal, producto entonces muy apreciado en Europa, y la encontraron en las islas del Caribe. A la par se dieron cuenta de la debilidad de España para defender sus extensos territorios americanos, por lo cual invadieron islas o zonas continentales que utilizaron como plataformas para sus actividades comerciales, mientras los piratas se establecían primero en la isla de Tortuga y luego en la de Jamaica, cuyo gobernador inglés les concedió licencias legales, llamadas “patentes de corso”, para atracar barcos españoles. Por tanto los piratas fueron una avanzadilla de varios países europeos interesados en establecerse en América, los cuales, siendo protestantes, implantaron en los territorios que colonizaban el sistema competitivo anglosajón, con su gran carga de efectividad práctica, y antepusieron los intereses de sus Estados a los de cualquier religión o creencia, exportando luego ese modelo colonizador a otros continentes para dar lugar, con el tiempo, al nacimiento de naciones muy prósperas, con grandes extensiones territoriales y de una gran capacidad económica, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, entre otras, a diferencia de España, que antepuso la evangelización católica a sus propios intereses nacionales.

Honradamente, y con cierto dolor, creo que España cometió un gravísimo error en el fondo y en la forma como colonizó América, para lo cual estuvo siempre condicionada por su pacto con la Iglesia católica tras recibir de ésta el permiso para emprender una aventura que sangraría al pueblo español y en gran parte sólo benefició a la propia Iglesia. Mediante ese pacto, la cruz fue siempre por delante de los soldados españoles, y la Corona, es decir el Estado, se debió plegar a los intereses de las órdenes religiosas (franciscanos, dominicos y jesuitas), llegando éstas a ser protagonistas principales de una colosal aventura, al mismo tiempo que se enriquecían hasta tener templos repletos de oro y plata, o conventos asimilables a los mejores palacios europeos. Lima, Cuzco y Arequipa, en Perú, o San Bartolomé de las Casas, al sur de México, son los mejores ejemplos en tal sentido.

Cuando he viajado por America latina, me he debatido entre dos sentimientos encontrados. Por una parte, como español, me he alegrado al oír mi propio idioma a miles de kilómetros de mi casa. Pero como ser humano, he sentido vergüenza al comprobar in situ que miles de seres humanos viven en la indigencia, mientras existen templos católicos repletos de lujo y riquezas. Muchos de esos seres van a las iglesias, pero apenas tienen para comer. Ante esto uno se pregunta si hubiese sido mejor que Colón hubiera partido de un puerto francés, inglés u holandés y así España, o mejor el pueblo español, no hubiera sufrido la sangría que le supuso su aventura americana, y además, America latina, aunque hoy no hablara español, al menos estaría liberada del abrazo del oso católico y tendría un nivel de vida similar a Canadá, Estados Unidos u otros países colonizados por anglosajones.

La exposición sobre la piratería enseña muchas cosas y también hace reflexionar. Al menos a mi me ha impactado. Llegando a la conclusión de que España sólo obtuvo como beneficio practico de su conquista de America la extensión del idioma castellano, pues en otros ordenes recibió palos por todos sitios. Primero los portugueses nos quitaron territorios brasileños al extender la línea divisoria que inicialmente establecía el Tratado de Tordesillas; luego el Papa ejerció su derecho a la evangelización católica derivado del permiso colonizador que otorgó a los Reyes Católicos; más tardé los piratas comenzaron zaquear los galeones españoles para hacerse con formidables tesoros que enriquecían no sólo a ellos, sino también a sus compatriotas, y finalmente otras naciones europeas se fueron implantando en territorios que, según ese permiso papal, eran sólo españoles. Y por si fuera poco todo eso, el oro y la plata que llegaba primero a Sevilla y luego a Cádiz se gastaba en mantener guerras en Europa para defender al catolicismo, o para construir conventos, iglesias y catedrales para satisfacer a obispos, frailes y curas. En fin, un desastre. España puso su esfuerzo y los demás se aprovecharon, no siendo ella, sino la Iglesia católica, la gran beneficiaria de tanto sacrificio inútil.

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