VENGO DE DAR UN PASEO POR EL CENTRO DE SEVILLA. Hace una temperatura primaveral y las calles están muy animadas. En la Puerta la Carne visité la recién restaurada iglesia de Santa María la Blanca, maravillosa; al pasar por los Jardines de Murillo percibí efluvios del Alcázar; la calle San Fernando me recordó a Carmen la cigarrera cuando trabajaba en la antigua fábrica de tabacos, hoy Universidad; en la Puerta Jerez un malabarista lanzaba antorchas encendidas al aire; entre el Archivo de Indias y la Catedral, un ilusionista mostraba sus habilidades al público; cerca de la Plaza Nueva una mujer producía enormes pompas de jabón que fascinaban a los niños; y dos contorsionistas bailaban Rap al son de la música. Para rematar, por la calle Sierpes procesionaban al Niño Jesús de Praga con banda de  tambores y trompetas. Y TODO ESO GRATIS.