martes, 5 de enero de 2010

EL CAÑÓN “TIGRE” DE TENERIFE QUE VOLVIÓ MANCO AL CONTRALMIRANTE INGLÉS HORACIO NELSON


El solar de la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife, junto al puerto, estuvo ocupado por el Castillo de San Cristóbal. Una fortaleza que junto a otros castillos tinerfeños, como el de San Felipe en el Puerto de la Cruz o el de San Miguel en Garachico, sirvieron para defender a esta isla de los numerosos ataques sufridos a lo largo de su historia, entre ellos el que realizó en la madrugada del 25 de julio de 1797 una flota británica al mando del contralmirante Horacio Nelson, con el fin de apoderarse de Tenerife.

Nelson y sus hombres desembarcaron con sigilo en varios lugares de la costa tinerfeña e intentaron penetrar hacia el interior de la isla, pero al ser rechazados por sus valientes habitantes concentraron todos los esfuerzos en apoderarse del Castillo de San Cristóbal por creer que, si lo conseguían, sus planes de conquista tendrían éxito.

Sin embargo, los defensores del castillo opusieron una feroz resistencia al contar con hombres menos preparados para la guerra pero muy concienciados en la defensa de su territorio, resultando, al final, vencedores.

En esa victoria tinerfeña sobre la potente Armada inglesa, jugó un papel fundamental el famoso cañón de a 16 llamado “El Tigre”, del que, según la tradición, salió la bala que impactó en Nelson y le mutiló para siempre su brazo derecho, con los cual sus hombres, al verle maltrecho, quedaron desconcertados y hondeando una bandera blanca se dieron por vencidos, negociando a continuación las condiciones de la derrota, mediante las cuales Nelson, a cambio de salvar su vida y la de sus hombres, se comprometió a no atacar más a las Islas Canarias y, además, a llevar un documento a Cádiz para dar cuenta a las autoridades españolas del compromiso que había adquirido. Una vez firmado ese documento, los militares y los tinerfeños vencedores ayudaron a embarcar a los prisioneros ingleses que habían logrado capturar, gustando tanto ese caballeroso gesto a Nelson que quiso corresponder regalando cierto vino y un queso al jefe español que había logrado derrotarle y evitado que el Archipiélago canario pasara a depender de la corona inglesa.

Desde entonces el cañón “Tigre”, que curiosamente fue construido en Sevilla, se convirtió en un símbolo de Tenerife, siendo conservado en diferentes lugares hasta que en julio de 2009 fue llevado al centro de interpretación, sobre el ya inexistente Castillo de San Cristóbal, situado en un sótano de la mencionada Plaza de España. Allí, junto a restos de murallas, el cañón “Tigre” se puede ver gratuitamente en una sala dedicada a él solo, en la cual, además, hay paneles explicativos de su leyenda y de su singular historia.

Gracias a tan importante hecho histórico, el 28 de agosto de 1803 se le concedió a Santa Cruz de Tenerife el título de “Muy LEAL, NOBLE E INVICTA VILLA, PUERTO Y PLAZA”.

A veces desconocemos sucesos tan trascendentes de la Historia de España como la derrota tinerfeña de Horacio Nelson, o de cuanto rodeó o rodea al cañón “Tigre”. Al menos yo no sabía de su existencia ni de su actual importancia simbólica para la Comunidad Canaria en general y especialmente para Tenerife.

Una serie de circunstancias, y mi ilimitada avidez por aprender, me han proporcionado el conocimiento de una historia que, desde ahora, siempre recordaré con orgullo de español, pues Nelson (tan querido por los británicos y que tiene una gigantesca columna dedicada en Londres por vencer a españoles y franceses en la batalla de Trafalgar), fue en Tenerife vencido y mutilado gracias el heroísmo de unos isleños que consiguieron seguir siendo españoles, gracias a lo cual hoy puedo estar entre ellos, hablando un mismo idioma, el castellano, y disfrutando de este paraíso llamado Tenerife.

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