miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA SERIE MILENIUM, L0 EFÍMIRO DE LOS LIBROS Y EL ÉXITO LITERARIO


Acabo de terminar de leer LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDON DE GASOLINA, segunda parte de la serie de tres novelas llamada Millenium. La primera parte, LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, la leí en Santa Cruz de Tenerife durante mi ultima estancia allí durante los días 8 al 14 del pasado mes de octubre, dándome en un atracón de lectura, pues ambos volúmenes tienen cientos de páginas, aunque no me han costado nada, ya que me los prestado mi yerno, lector también asiduo. Menos mal, porque en la Biblioteca Pública de Sevilla, (no me gusta se llame “Infanta Elena” y creo debería llamarse simplemente: “Biblioteca Pública de Sevilla”, pues esa señora que yo sepa nunca ha escrito un libro ni tiene nada que ver con la literatura), fui a pedir esta obra en préstamo y había una cola de 20 peticiones en lista de espera, con lo cual mi acceso a ese préstamo se hubiera producido en diciembre o enero. Este hecho nos demuestra que hoy en día los libros más vendidos son los que se publicitan en los medios de comunicación, como si de un producto más se tratara, y es el mercado libresco el que predomina sobre la calidad de las obras publicadas. Acceder a ese mercado para convertirse en un autor de éxito y ganar dinero y reconocimientos públicos, es algo soñado por cualquier autor, pero sólo unos pocos autores logran ver realizado tal sueño. Se ha especulado mucho sobre cómo dar con la fórmula mágica o la clave para conseguir un bell seller. Se sabe que al ser el mercado un elemento fundamental, lo mejor es atender sus exigencias. Si está de moda los misterios pues se publicarán más libros con argumentos esotéricos, o si hay épocas demandantes de novelas históricas, éstas llenaran las mesas de novedades de las librerías, desplazando rápidamente a otras temáticas cuya moda ha pasado. Esto hace que los libros sean muy efímeros y los autores a veces pasan desapercibidos, pues los libreros están para ganar dinero y como tales deben someterse al socaire del mercado y no de la calidad del libro expuesto o de la fama de sus autores.


En el caso de la trilogía Millenium, aparte de las andanzas de la “pasota” e inteligentísima hacker Lisbeth Lisander y su amigo y amante Mikael Blomkvist; de los altos y bajos de la supervivencia de la revista cuyo título da nombre a la serie; de la forma de actuar de Miltón Segurity, o de las maldades del abogado Bjurman, lo que más me ha llamado la atención es el lenguaje y el enfoque periodístico del texto, algo que su autor Stieg Larsson, por su condición de periodista inquieto y comprometido con su profesión, logró plasmar con rotundidad, haciendo un canto a la cada día más estrecha relación entre periodismo y literatura de ficción, al mostrarnos cómo en Suecia también hay corrupciones o vendetas entre poderosos empresarios o políticos En ese logro entiendo que se debería buscar el enorme éxito de la venta de veinte millones de ejemplares conseguida por esta trilogía. Quizá muchos reporteros de todo el mundo se han identificado con Mikael Blomkvist, o bien los defensores de los derechos de las mujeres hayan encontrado en Lisbeth Lisander un prototipo idóneo para defender sus fines. En cualquier caso el joven autor, Stieg Larsson (1954-2004), nos legó una obra con suficientes ingredientes para obtener un sabroso plato literario que han consumido millones de personas, curiosamente sin que él, al morir de forma tan prematura y extraña, gozara del banquete de la fama y del dinero que le han brindado los comensales.


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