martes, 17 de noviembre de 2009

LOS DIAS 17, MUNDA, SEVILLA Y YO



No sé si será una curiosa coincidencia o habrá algo atávico en el hecho de que me sucedan cosas importantes en los días 17. He pensado en esto muchas veces y divagando para encontrar una explicación se me ocurrió la idea de que mis orígenes pudieran estar relacionados con la batalla de Munda, ocurrida el 17 de marzo del año 45 antes de Cristo, como así lo expuse en mi libro LOS IDUS DE MUNDA, publicado en 1984, cuyo argumento se basa en el diálogo de un poeta que busca descubrir si su amada tierra de Montilla fue escenario de tan importante batalla, donde Julio César y Cneo Pompeyo combatieron por dominar el Imperio romano, ganando César finalmente tras quedarse 30.000 cadáveres esparcidos en el escenario de aquel enfrentamiento. La tierra, tras resistirse, declara finalmente que ella fue la antigua Munda, que tuvo un hijo autóctono con el propio César, y que de ese hijo, llamado Cayo Mundensis, desciende mi apellido Raya, asi como la circunstancia de tener tres erres como iniciales de mi nombre y apellidos.


También aludí a mi posible relación con la batalla de Munda en mi libro EL CORAZÖN DE SEVILLA , publicado en 2005, donde uso una historia escrita por el analista Alonso Morgado, en la cual Julio César, para refundar la antigua Híspalis, necesitó dar muerte a un hijo suyo. Ese hijo, en mi versión de tal suceso, nació en Munda, se llamó Cayo Mundensis y es el mismo que tuvo César con Munda en su amorosa conquista. Cayo Mundensis llega a Híspalis con su padre y éste, al saber que debía matarlo para hacer de Híspalis una ciudad poderosa (así lo exigía el oráculo hispalense consultado, que posiblemente estaría situado en las cercanías de las actuales Plaza del Salvador o La Alfalta, curiosamente ahora vivo por esa zona), accede a ese sacrificio, pero un lugarteniente suyo, llamado Bogud, sustituye al joven mundense en la pira del sacrificio, situada junto a el barrio sevillano de la Puerta de Carmona, y lo salva de la muerte, estando desde entonces Cayo Mundesis vinculado no sólo a Sevilla, si no también ese barrio en concreto, lo cual, si supuestamente yo fuera descendiente suyo y por tanto tambíen de Julio César ­—y a través de éste a los Dioses, al considerarse César descendiente de Eneas y de Venus— explicaria mi amor por Sevilla, mi tendencia a interesarme por la mitología, mi querencia por la zona de Puerta Carmona y por supuesto mi relación con los días 17 al tener en mis genes una atávica conexión con la fecha del 17 de marzo del año 45 antes de Cristo, en la cual tuvo lugar la batalla de Munda y el nacimiento de Cayo Mundensis.

Sé que todo esto de mi supuesta relación con Munda y Julio César puede resultar fantasioso, e incluso causa de risa, pero los humanos, tal como aparecemos en nuestra vidas actuales, somos el producto de miles y miles de circunstancias, de genes atávicos de procedencias insospechadas y que siguen viven vivísimos en nuestro cuerpo, o tal vez de reencarnaciones de otros seres que nos precedieron en el tiempo. En cualquier caso, cada cual tenemos unos orígenes concretos y es bueno indagar, hasta donde nos sea posible, todo lo relacionado con esos orígenes, aunque sólo sea especulando o creando hipótesis que nos hagan comprender cómo somos hoy en día.

Otro detalle curioso de mi relación con el número 17, es mi nacimiento en el año 1943, pues si sumamos 1+9+4+3, nos da como resultado 17.

Más curiosidades: Mi separación matrimonial tuvo lugar un 17 de julio del 1997; mi querida amiga, la escritora hispano-venezolana Lídice Pepper, en su prologo de mi libro TRÍO DE AIRES, dice que mi cabeza “sugiere un busto romano”; cuando llega el día 17 de cada mes siento cierta aprensión interior al pensar que algo especial me va a ocurrir durante la jornada, y es precisamente hoy, 17 de noviembre del 2009, cuando se me ocurrido la idea de escribir este texto para difundir por Internet cuanto aquí escuetamente os narro. Podía seguir contando cosas que me relacionan con los días 17. pero prefiero dejarlo aquí y poner punto final a esta historia, aunque en el futuro no descarto volver a hablar de ella.

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